

Presencia-l
Tecnología y pandemia trajeron nuevos significantes como teletrabajo, viral, influencer, entre muchos más, y reanimaron otros ya existentes como confinamiento, virtual, presencial, dándoles significaciones y dimensiones nuevas, aparentemente.
Presencial, es un término que interesa particularmente a los campos sociales: encontrarse para trabajar, divertirse, discutir, armar proyectos, amarse. Y el trabajo clínico, el del médico, del psicólogo, del psicoanalista.
¿Tiene algo de especial lo presencial en la clínica psicoanalítica?
No sin diferencias, los analistas hemos acogido las restricciones impuestas por el virus y el cuidado de la salud. El teletrabajo resultó una modalidad posible para atender consultas o sesiones virtuales, demandas del momento, o procesos analíticos iniciados. Surgen de allí las preguntas respecto de lo presencial y lo virtual, no como contrarios o contradictorios, sino en relación a los efectos, la eficacia, los factores en juego, las facilitaciones y también las limitaciones.
Jacques Lacan revisó los fundamentos del psicoanálisis, establecidos por Sigmund Freud, y resaltó la presencia del analista como “imposible de separar” del concepto de inconsciente y de transferencia, con lo cual dicha presencia no se reduce o equivale a la presencia física.
Plantea además que en la cura analítica no todo es significante, con lo que nos recuerda el fantasma en que se sostiene todo discurso, y que quien comanda el inconsciente es el objeto a. De allí que la función del analista se defina como semblante de este inefable objeto causante del equívoco y del engaño en el juego significante.
En consecuencia, lo presencia-l de la clínica psicoanalítica, exige algo más que la presencia física, y no basta responder que ésta es una clínica de la palabra, de la escucha. Lo es, pero ¿qué afirmamos con eso? ¿Qué la palabra equivale a hablar? ¿Que el campo de la mirada es el mismo a través de la pantalla que en un consultorio? ¿Qué el cuerpo no aporta nada? ¿Que la palabra no se arrima en nada? Los equívocos no son solo de los pacientes.
La presencia del analista se fabrica en el trabajo del inconsciente, del propio fantasma, en la elaboración teórica de una práctica, en todo aquello que conduce a saber sostener, muchas veces soportar, la transferencia, convirtiéndola en palabra, corte, acto, anudamiento.
Mayo 2022